Estimados amigos:
Os habréis preguntado que hace esta buena mujer hablando de la depresión postvacacional a estas alturas del año, cuando por fin he conseguido pagar el último recibo de la visa de las pasadas vacaciones. Bromas, ¿o no?, a parte, lo cierto es que estos días no acaba de arrancar el invierno y el clima está gastándole bromas pesadas a nuestros ritmos circadianos, que si ahora frío, ahora calor, ahora viento, ahora nieve en las montañas que baja a la ciudad en forma de brisa gélida, niebla, ahora llueve. No llevas la ropa adecuada, no estás preparado para los imprevistos, y te fastidia sobremanera eso de no poder prever qué va pasar. Y ya no te cuento si tienes niños. Y ahora viene Navidad.
La verdadera época de la depresión por excelencia. Tiempo para pasarlo con la familia y los amigos. Eso nos venden y es una tradición mágica, si realmente todo es una balsa de aceite y tienes la oportunidad de disfrutarlo entre sonrisas y abrazos. Lo difícil es cuando en las familias no hay risas, hay tragedias, mentiras ocultas o disfrazadas, traiciones, deudas, el paro, la quiebra, hipotecas vencidas qué no sabes cómo pagarás, enfermedades incurables, abortos deseados o indeseados, divorcios, y muchas otras pérdidas que amargan los polvorones y algunos ocultan tras varias copas de cava, catalán eso sí. Así que antes de amargarnos la Dulce Navidad, coge a un buen amigo, o ponte delante del espejo, o vete al bosque, o coge lápiz y papel, o ponte delante del ordenador, o vete a ver al enrollado de tu médico de cabecera, y COGE AL TORO POR LOS CUERNOS, la información es poder, y el miedo no puede vencerte ahora. Es el momento para poner la pausa y respirar hondo, ver que es reparable y qué no lo es. Lo que sea irreparable, déjalo, ya no podemos hacer nada por salvarlo. Lo que se pueda salvar. Lucha con todas tus fuerzas. Pero, amigo, con cabeza, con un plan de ataque. Conviértete en el mejor estratega del mundo. No te de vergüenza contactar con un psicólogo o un coach o con alguien que haya o esté visitando a uno. Si no navega por internet, vete a la biblioteca. El camino está ahí, no será fácil, pero existe. Y lo que no te mata, te hace más fuerte. Un cálido abrazo y Feliz Navidad por adelantado.
Mar Estévez. Psicóloga y Coach. Lda. núm. 13.360 Coach. Soc. ASESCO núm.10.113