domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Y si...?

Imagina que mañana en todos los diarios de tu ciudad. No sólo los gratuitos.
Los titulares rezan: "Un meteorito ha cambiado de órbita y se dirige sin remedio hacia la Tierra".
Mañana seremos historia. La NASA ha estudiado todas las medidas posibles. Pero, todo resulta inútil.
Hoy es nuestro último día en la Tierra. ¿Qué harías? Y, no pienses, que algún científico chiflado encontrará una solución en el último momento, o que un equipo tipo Bruce Willis y Ben Affleck en Armageddon salvarán el mundo. No te toca otra que aceptarlo. ¿A qué dedicarías tus últimas horas? ¿En quién pensarías? Esos momentos son los que te revelan: qué te hubiera gustado hacer de verdad, pero por ridículas o más o menos importantes razones has ido postergando. ¿Con quién las hubieras hecho? ¿A quién no has pedido perdón y ahora te arrepientes? ¿Con quién sigues enfadado/a o resentido/a? De verdad, ¿es tan importante ahora o te parece más bien ridículo? Ojo, no confundas, puede que tengas toda la razón, si es un cretino/a no le llames, ni de coña. ¿Qué llevas queriendo hacer desde hace qué se yo días, meses, años...y no has hecho porque pensabas que tendrías tiempo para hacerlo algún día? ¿Estás satisfecho con tu vida? ¿Tratas bien a la gente que te rodea? ¿Quieres a los tuyos? ¿Te esfuerzas por hacer lo mejor que puedes tu trabajo? ¿Quién es la persona que te gustaría que estuviera ahí contigo las últimas horas? ¿Hay algo que lo impida? ¿Cuál es el mejor recuerdo que te llevarás cuándo mueras contigo a la tumba? Bueno, no habrá tumba porque nos desintegraremos. ¿Qué le dirás a la persona qué más significa para ti en esta vida? Quizás sólo sea tu perro, bueno, en fin, él también tiene derecho. Una pases la parte visceral de enfadarte, patalear, llorar, negociar, todas las partes del duelo, llegarás a la aceptación y te darás cuenta de lo agradecido que estás por haber podido disfrutar de tus cinco o seis sentidos:  un amanecer o un atardecer, haber olido las flores, la lluvia, el pan caliente, la risa de un niño, la magia de una caricia, la sensualidad de un beso, los nervios de la primera cita, la ilusión de un ascenso, el orgullo del trabajo bien hecho, y la que te perpetúa en la herencia de tus hijos. ¿Qué vas a hacer a partir de ahora? Gracias al cielo, por suerte, todavía no hay ningún meteorito, desviado de su trayectoria, y si lo hay, tardará años luz en llegar, cuando llegue ya estaremos muertos y enterrados, pero, ¿estaremos orgullosos/as de lo que hicimos hasta entonces?

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